La creatividad y el ingenio de los venezolanos que quieren un cambio desafían a los costosos equipos antimotines importados que utilizan los funcionarios militares.

El venezolano se caracteriza por crecerse en los momentos difíciles, y en los más de 60 días de protestas, lo ha demostrado, al tener que enfrentarse a un cuerpo militar represivo y bien equipado. Cascos reconstruidos, escudos de madera o metal y una franela estampada con el traje de Simón Bolívar han sido las herramientas con las cuales los manifestantes se enfrentan a la Guardia Nacional dotada de equipos importados para contener las protestas.

La disparidad entre ambos bandos está a la vista, mientras el Gobierno invierte millones de dólares en equipos antimotines, el venezolano pone a desarrollar su inteligencia para contrarrestar, la arremetida brutal de los cuerpos de seguridad del Estado en contra de quienes salen a las calles a exigir un cambio para Venezuela. Una de las iniciativas que ha nacido a raíz de este conflicto, es la denominada Cascos vs Bombas, una idea que inició a través de la redes sociales, cuando un grupo de venezolanos se unió para colaborar con manifestantes y paramédicos, llevándoles a las marchas cascos pintados con los colores de la bandera nacional, como medida de protección ante las bombas lacrimógenas que lanzan los funcionarios de orden público.

“Como grupo de amigos queríamos sentirnos útiles y ayudar a aquellos que arriesgan sus vidas por defendernos a todos los venezolanos. Se nos ocurrió la idea de los cascos porque son muchos los que han recibido impactos de bombas en la cabeza. Queremos ayudar a que estas personas estén protegidas y por eso creamos esa iniciativa”, manifestó uno de sus creadores, quien prefirió mantenerse en el anonimato.

Tras donaciones recibidas desde todas las partes del mundo, han podido recaudar más de 1 mil cascos y cuentan con un centro de acopio en Las Mercedes, en Caracas. De igual manera y al mejor estilo medieval, los manifestantes la mayoría jóvenes, ante la falta de dinero por la crisis económica, han puesto su ingenio a disposición de las protestas con la realización de escudos para defenderse de los perdigones, bombas e incluso balas que dispara la Guardia Nacional, esta arma de defensa es creada por los manifestantes con madera, metal e incluso con las alcantarillas desechadas, todo en favor de defender sus ideales y lograr el cambio de rumbo que desean para el país, aunque estén en desventaja.

Caso contrario ocurre del otro lado de la acera. La Guardia Nacional Bolivariana, es el cuerpo castrense encargado de, según la Ley y la Constitución mantener el orden interno en Venezuela, sobre todo cuando hay manifestaciones de calle. Desde la llegada de Chávez al poder, el Gobierno se ha interesado más en invertir millones de dólares en armamento y equipos especiales, en vez de impulsar la economía nacional, que en otras manos se hubiera convertido hoy en día en la más importante de América del Sur.

Según datos la Organización No Gubernamental, Control Ciudadano, entre 2005 y 2016, el Gobierno chavista compró armas antidisturbios para los cuerpos de Seguridad, a países como China, Austria y España. La ONG señala que la falta de transparencia en esas transacciones ha impedido determinar con exactitud la cantidad y el costo del material importado.

La organización precisa que China ha sido el país que más aportes ha brindado al Gobierno en materia militar al vender 18 mil equipos de protección individual conocidos como “Robocop”, además de accesorios, cascos, escudos, bombas lacrimógenas, cartuchos antimotines, escopetas, fusiles lanza gas, transporte y vehículos blindados con cañones de agua y porta barrera. Y a esto se suma que Austria envió un número imprecisado de vehículos antimotines, mientras España llegó a entregar bombas lacrimógenas, hasta 2014 cuando decidió de forma unilateral suspender el envío de material bélico a Venezuela, luego de las protestas registradas ese año que dejaron un saldo de 43 muertos.

Venezuela era uno de los principales clientes de las empresas españolas que fabrican material antidisturbios, medios de comunicación internacionales accedieron a contratos aprobados en 2014 que ascendían a 2,6 millones de euros, invertidos por el régimen chavista para la compra de bombas, además precisaron que en 2012, habían operaciones autorizadas que sumaban 1, 6 millones de euros, en compra de material antimotines.

“Durante 2014 y 2015 destaca la mayor adquisición de equipos y sistemas antimotines destinado a la Guardia Nacional”.

A los países antes mencionados, se unió Brasil en la venta de material antimotines a Venezuela, durante las manifestaciones del año 2014, luego de examinar 2 mil 230 restos de bombas, se determinó que el 60% de estos artefactos habrían sido fabricados por la empresa brasileña Condor Non Lethal Technologies, que vendió material por valor de 6,5 millones de dólares en bombas y granadas lacrimógenas y perdigones entre 2008 y 2011, según cifras del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil, que se traducen en 143 toneladas en mercancía.

Venezuela importó desde Brasil 333 toneladas de municiones antidisturbios y para armas. Del total de 9,9 millones de dólares invertidos en una década en municiones brasileñas, 65% corresponden a material antidisturbios de Condor. Por otro lado, Venezuela pagó otros 18,1 millones de dólares para la adquisición de material y equipos antimotines de última generación para la Guardia Nacional Bolivariana, cuya fuente de financiamiento fue a través del Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden).

Según datos de la ONG, Control Ciudadano, durante la gestión de Maduro la compra de armas para reprimir las protestas se ha disminuido. Entre 2015-2016 las adquisiciones militares se redujeron en 90% con respecto a 2013-2014 debido a la falta de efectivo para realizar el gasto por la crisis económica en la que se sume Venezuela.

En la actualidad, las calles de Venezuela siguen llenas de gente que pide cambio, al mejor estilo de David, luchando ante la adversidad y ante lo que muchos considerarían imposible, un régimen asesorado por Cuba, al estilo de Goliat, armado de equipos para reprimir y de poderes públicos subordinados para poder defenderse, ya que no cuenta con el apoyo popular de aquellos que alguna vez confiaron en que el chavismo cambiaría el rumbo de Venezuela.